viernes, 19 de diciembre de 2008

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Ya no.

jueves, 18 de diciembre de 2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

No maduramos poco a poco, sino que la vida misma nos hace madurar a golpes. Unos más duros, otros más suaves, pero sin duda, son aquellos más dolorosos, los que te hacen crecer.

De todos los recuerdos imborrables que tengo en mi cabeza, el de la llamada que recibí para decir que habías muerto es, sin duda, el más fuerte de todos. Salí de clase como cualquier día, empezaba a hacer calor y estábamos en plenos “junios”. Abandoné el campus sola, no vi a P. aquel día. A mitad de camino sonó el teléfono, la madre de P. me estaba llamando, preguntó si estaba con ella y contesté que no sabía dónde estaba, entonces se me echó a llorar y me dijo que quería decírnoslo a las dos juntas pero que aún así me lo decía a mi ya: habías muerto, el avión que te traía de vuelta a casa se había estrellado y tú, ya no estabas con nosotros. Grité, grité en medio de la calle, colgué y eché a correr llorando. Corría todo lo que los tacones me permitían y no paraba de llorar. Desde entonces, cada vez que veo a alguien sólo por la calle llorando me acuerdo de ese momento y tengo ganas de acercarme a abrazar a esa persona que habla por un teléfono nerviosa como yo aquel día. Llamé al que entonces era mi novio, no tenía casi saldo y se cortó, llamó él, dijo que estaba viendo la noticia en la televisión y que se había acordado de ti, sabía que existía la posibilidad de que fueras uno de esos cuerpos calcinados. Me dijo que me esperara ahí, que me venía a buscar, pero él tardaba más en llegar de lo que me quedaba a mi de camino. Seguí hasta casa, subí, abrí la puerta y mi padre apagó el televisor, fui a la cocina, me senté fatigada, miré a mi madre y me eché a llorar. P. acababa de llamar a mi casa y ya había contado lo que pasaba.

Lo siguiente que vino fue algo que nunca pensé me tocaría hacer tan pronto: coger la agenda de teléfonos con ositos y llamar a los que te conocían, a nuestros compañeros del colegio y explicarles que... mierda, no sabía cómo se explicaba algo así. De pronto fui al cole a buscar a mi hermano y algún profesor se acercaba a darme el pésame, a mi, a mi que tan sólo tenía 19 años. Sólo teníamos 19 años.

P. fue novia tuya un tiempo, pero yo fui una gran amiga, yo fui una de las personas de las que te acordaste cuando estabas allí y por eso me llamaste un día a contarme cómo iban las labores humanitarias, qué hacías con tus compañeros y para decirme que volvías en un mes y que me llamarías para quedar y contarme bien todo. Aún no me he atrevido a borrar tu número de móvil de la memoria, sería como hacer desaparecer esa última llamada, esa última vez que hablé contigo.

Nunca me separo del anillo que me regalaste, siempre va conmigo en el dedo pulgar y de vez en cuando, lo miro y le doy un beso y me acuerdo de cuando fuimos juntos de campamentos, de cuando te quedaste dormido al sol sin camiseta, con la mano en la tripa y se te quedó la marca. Me acuerdo de cuando fuimos pareja de baile en danza jazz, de cuando intentaste ligar conmigo regalándome el anillo. Me acuerdo de muchas, muchísimas cosas (de las noches en tu casa, las pirolas del cole, de tu perro..) pero sobre todo, me acuerdo de tu sonrisa.

Litos, cómo se te echa de menos.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Lío



Siempre he sido una persona impulsiva, una persona que puede pasar de 0 a 100 en medio segundo, una persona que tiende a meterse en los grandes marrones “cuesta abajo y sin frenos”. Una persona que en determinados momentos puede ser una inconsciente para unos, o valiente para otros.

Hablando en términos actuales, "liarla parda" se me da bastante bien. Hasta ahora, he salido airosa y no tengo demasiadas heridas de guerra, pero tarde o temprano acabaré cagándola del todo; es pura estadística.

Ahora mismo creo que estoy en uno de los momentos más complicados de mi vida, uno de esos momentos en los jamás creías verte implicado, uno de esos momentos en los que, hagas lo que hagas sabes que te vas a arrepentir.

De nuevo, la lucha corazón VS cabeza invade mi cuerpo. Mi cabeza está cansada de estos últimos años en los que por motivos que no vienen a cuento, ha sufrido mucho. Mi corazón es más fuerte y tiene más cojones, pero el poquito talento que conservo está luchando con uñas y dientes.

Espero que la batalla acabe pronto y que no suframos demasiadas bajas capitán.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Cruces



Salimos del curso. Avanzo fumando y escuchando a una de mis compañeras, no le presto excesiva atención. La busco con la mirada y veo que camina junto a otra de las chicas, se despide de ella y sigue su camino, se detiene, se gira y me sonríe “no me acordaba de que vas por mi camino”, retrocede unos pasos y se pone a mi altura. Es una chica muy agradable, es fina y educada pero no roza en absoluto la tontería, se le ve muy buena gente. La conozco porque trabajó de camarera en una cervecería cerca de mi casa y recuerdo que era atenta y que tiraba muy bien la cerveza y servía muy bien el café con leche, con espuma.
Hablamos de la clase y del profesor, ella ha salido encantada y yo me he aburrido. Comenta las ganas que tiene de llegar a casa para darse una ducha y cenar (hoy se le ve especialmente cansada, tiene ojeras y lleva el pelo lacio, recogido con una pinza a modo de moño); son las diez y media de la noche y el frío es agradable pero el hambre y la suciedad de todo el día fuera del hogar aprietan.
Cruzamos el último paso de cebra que une nuestros caminos y se detiene como si se hubiera olvidado de algo, corta secamente nuestra conversación y dice que como es más pronto que otros días va a saludar “aquí mismo” a un amigo suyo, miro hacia la derecha, hacia donde su cuerpo se ha girado como atraído por algo extrasensorial. Veo uno de mis lugares favoritos de Zaragoza, un bar donde sirven cerveza barata, pipas y la música es cojonuda. Pregunto dónde va exactamente, se muestra reacia pero finalmente contesta que va a ese bar. Pregunto si el amigo es el dueño del sitio, al que conozco desde hace años gracias a las cientos de cañas que me ha servido, un tipo encantador, muy atractivo y maduro que además te graba CD's con tus canciones preferidas. Sí,ese es su amigo, es su ex novio. Salieron hace años.

El último día que estuvimos juntas me comentó que el fin de semana había comido en casa de su pareja y ahora de pronto la tengo delante, con voz nerviosa dando una serie de explicaciones que no he pedido sobre su pasado. Parece triste y no entiendo muy bien qué la empuja a ir a saludar, siendo además que está cansada y tiene hambre. Caigo en que la he visto con él, años atrás, recuerdo hasta el mote que le pusimos mi amiga y yo cuando queríamos tirarnos al que entonces era su novio, la recordaba bella, extremadamente bella. Por la emoción le digo que la recuerdo y le digo cómo la llamaba. Da unos pasos hasta el semáforo donde yo me despido siempre, sigue dándome explicaciones que yo, aún no he pedido, vuelve a parar en seco y dando la vuelta me dice que va a pasarse por ahí, a decirle hola. Creo que es el momento de irme. Yo también estoy cansada, tengo hambre y no tengo nadie a quien saludar.
El semáforo se acaba de poner rojo para los peatones, tiro lo que queda de cigarro al suelo, meto las manos en los bolsillos de la cazadora, cruzo los pies como hago siempre y espero a que el hombrecillo verde me diga que puedo cruzar. Giro la cabeza y la veo justo antes de que doble la esquina que la lleva hasta el bar. Se ha soltado el pelo.

lunes, 20 de octubre de 2008

10+6= 25 años

Imagen de: http://www.flickr.com/photos/digitus/88574803/

A Paula y a Lilu, dos en una.
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Muchas o pocas son las debilidades que poseo, pero las hay. Una de ellas es la música trance que llenó el año 1999, sí señor, qué gran época para las discotecas y pubs del mundo entero.
Tenía yo por aquel entonces el pelo largo y vestía pantalones ajustados marcando mi culo de dieciséis años. Bailaba a todas horas, me encantaba, era como drogarme, daba igual quién mirase o dejase de mirar, sólo éramos cuatro en el garito de turno: el disc-jockey, la música, mi amiga Paula y yo.
De todas las canciones que surgieron por aquel entonces, sólo hay una que aún consigue transportarme a esa juventud fresca, inocente y con ganas de pasarlo bien: King Of My Castle de Wamdue Project.

El sábado salí con Paula, testigo y partícipe directa de esos shows- privados nocturnos que nos marcábamos a ritmo de trance y de Licor 43 con zumo de piña. Libres las dos tras muchos años bailamos y bailamos sin importar de nuevo quién hubiera cerca. Me hizo feliz, muy feliz.. Se acercó al DJ y le pidió La Canción, aunque la vi, no debería haberlo hecho, así que cuando sonó el primer golpe de King Of My Castle me hice la sorprendida, abracé a Lilu (así la llamaba yo por el '99), le di un beso, las gracias y me puse a bailar. Como bien le dijo al DJ: “es su canción” y como bien me dijo a mi, “te lo mereces”.

Durante los tres minutos largos que duró me sentí como hacía años que no hacía, se me saltaron las lágrimas de ver que estábamos otra vez cuatro en el bar. Agradecí mil veces el detalle a Paula y al DJ y bailé para mi. Para Nene.

Lilu y Nene. Lilu, Nene, el DJ en la torre mirándonos satisfecho y King Of My Castle.

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http://es.youtube.com/watch?v=DXSyQjppqG0

miércoles, 15 de octubre de 2008

Irene es mía

Hay promesas que no deberíamos hacer nunca y otras, que deberíamos haber hecho.Promesas que se rompen, promesas que se quedan olvidadas o promesas que simplemente, no nos da tiempo a cumplir. “Siempre tuya”. “Nunca te fallaré”. “Nos vemos”. “No te olvidaré”.

He prometido muchas cosas en mi vida. He prometido fidelidad, he prometido respeto, he prometido y he fallado, pero nunca he fallado a la única promesa verdadera que hay en este mundo, la de la empatía. Mientras yo viva, nunca caminarás solo. No, mientras yo me sienta igual no dejaré que estés vacío. No dejaré que se te escape la vida.

“Girl, you'll be a woman soon”. Al fin soy yo, soy la mujer libre, la mujer que recibía cariño pero estaba en un jaula de cristal por la que veía el mundo pero no podía tocarlo. Liberada de mi mente, liberada de mi cuerpo. Soy más mujer que nunca y por eso mismo, ahora puedo prometer. Porque de niña no se sabe lo que se dice, porque de niña sabía qué debía decir para contentar, qué debía prometer para que confiaran. Ahora sólo prometo las cosas que sé que voy a cumplir, al menos, hasta que la muerte me arranque de tu lado.

Ahora estoy feliz, realmente feliz. Estoy plena, estoy entera. He estado en la guerra, una guerra de cuatro años en la que todo valía. Perdí la última batalla, dejé que me ganara porque el trofeo era mi vida. Él me ha perdido y yo me he recuperado. Ahora soy mía, de nadie más. Por eso, puedo prometer y prometo.

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Imagen: Rapto de Proserpina, (de Bernini).

jueves, 2 de octubre de 2008

Amaneciendo

A Ernesto
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El Coloso (1808-12). Francisco Goya


7 de diciembre de 1941. La Armada Imperial japonesa ataca a la flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos (base naval de Pearl Harbor), provocando así la participación activa de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El Almirante Isoruku Yamamoto al terminar el ataque dijo: “Hemos despertado a un gigante que estaba dormido”.

Hablando hoy con una amiga de mi estado nuevo, de lo mucho que he cambiado mi vida, de la libertad física y mental de la que gozo y de la mala sangre que he guardado dentro durante tanto tiempo, me ha dicho de pronto que le recordaba a la II G. M. y yo no lo he entendido hasta que me ha recordado las palabras de Yamamoto. Le he dicho en un momento de la conversación: “He vuelto”; ella ha reído porque me conoce desde hace demasiado tiempo y sabe que esa Irene que estaba enterrada era fuerte y poderosa, que esa Irene que se pasaba por la entrepierna los comentarios de los necios, las risas de las putas (que no prostitutas), los halagos de los que sólo quieren algo de ti... La Irene de las prisas por llegar a todos, la Irene de las mil fiestas, de los millones de planes, la Irene de las risas hasta el amanecer y los chupitos de tequila... La Irene de los besos, las ideas ingeniosas y el sentido del humor... Esa Irene estaba dormida, ha estado dormida y ahora ha despertado con ganas de reír hasta llorar, con ganas de viajar sin planear, aunque sea para dos días, da igual, el caso es hacer cosas, salir, salir, salir. Me han abierto la puerta de la jaula y he escapado volando.

Así que avisados quedáis, os guste o no, Irene ha despertado. Os vais a cagar pequeños.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Paul


Con la muerte de Paul Newman ayer un pedacito de los corazones de todas las mujeres del mundo (heterosexuales u homosexuales) murió también.

El eterno galán de mirada penetrante y sonrisa embriagadora, el ser paterno y tierno que era otras veces, el bribón... Las mil y una caras de Paul nos han llegado a todas sin excepción, cada una elegimos la nuestra y cada una teníamos nuestro Paul Newman dentro. Como amante, como figura protectora, como canalla timador. Paul, Paul... ¡Y nos parecías eterno!

Generación tras generación hemos pasado tu leyenda de abuelas a madres y de madres a hijas y todas hemos suspirado por ti.
Quien diga lo contrario miente. Como padre, como amigo, como compañero de cama... Todas y cada una de nosotras te echaremos de menos en nuestros sueños más pacificadores, más tiernos, en los sueños que te hacen creer que estás ahí, tras una puerta, sentado en clase, en la barra de una bar. Todas te hemos buscado Paul y ahora nos dejas.

Que tengas buen viaje querido.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Oscar

A Albret (lo prometido, es deuda)
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Dos elementos fundamentales componen estas imágenes: la pitillera que tenéis ante vosotros y Oscar Wilde.

Llevo pitillera porque estoy enamorada de Oscar. Estoy enamorada de Oscar desde que leí El retrato de Dorian Gray. Decidí que sería el amor eterno desde que visité su tumba en París (tumba llena de besos que yo no quise profanar) y quise amarle con todas mis fuerzas leyendo De Profundis (desee resucitar para poder matar con mis propias manos a ese amante suyo tan frío, tan despreciable ser que sacó todo lo bueno de Oscar y después lo abandonó en la más triste de las miserias, en la cárcel acusado de pederastia).
Decidí serle fiel a Wilde toda mi vida y tenerlo presente en todo momento. Me metí en ebay (lugar de internet al que soy adicta) y puse su nombre buscando cualquier objeto que me cautivara como él. La pitillera lo reunió todo: el placer en tabaco, la clase, distinción y elegancia que proporcionan las pitilleras y la mirada de Oscar.


martes, 23 de septiembre de 2008

Hojas


Con el otoño te has sido mi vida, bueno, realmente te fuiste hace días, pero hasta hoy creo que no he sido consciente de verdad.

Hace casi cuatro años te dije en un momento dado “acabas de perder una gran oportunidad”, reaccionaste y me besaste; después volvimos a casa y yo recogí del suelo una hoja seca, de esas que el otoño dejan caer para recordarnos que llega el invierno. Lloré como lloro ahora porque hoy también has perdido una gran oportunidad. Seguramente ha sido la oportunidad de tu vida.

Cuando pasees por la calle y la persona que camine a tu lado te pida que le apartes el escarabajo del suelo, recordarás cómo los recogía yo y los apartaba del paso de la gente para que no fueran aplastados. Cuando veas un documental con tu pareja, acabe, apaguéis la tele y os vayáis ha dormir; echarás de menos mis reacciones. Cuando abras un libro del que no te he hablado, cuando escuches una canción que nunca te puse o cuando visites un lugar que nunca te mostré te darás cuenta de que ya no estoy.

El otoño ha llegado y me ha parecido mucho más caluroso que tú, que te fuiste con el calor del verano pero de la forma más fría.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Elegante a la par que sencilla


“-Una señorita fina y remilgada nunca debe decir tacos en público. Un filólogo jamás debe leer a Paulo Coelho. Una chica de mente moderna no debe ser esclava de los tacones y mucho menos del maquillaje. Una persona con una carrera de letras deberá escribir y hablar siempre de una manera que nadie lo entienda. Una chica de letras debe ir desaliñada y por supuesto tiene totalmente prohibido ir a un gimnasio. Una chica con tacones y su novio con camisa de marca no pueden entrar a una tetería, si se les pasa por la cabeza hacer eso, los “hippies respetuosos con todo el mundo” les quemaran con sus miradas. Si eres amante de los animales no defenderás la caza menor, ahora que yo sí puedo echarte el discurso mientras me como un pollo criado en una jaula de palmo por palmo. Si eres de una ciudad pequeña y te mudas a una mayor debes negar tus orígenes sin pararte a pensar que tu ex ciudad siempre será pequeña mientras nadie se quede a levantarla.
Si eres guapa y hablas con un tío durante más de tres segundos es que quieres calentarle la polla. Si eres guapo y lloras es que quieres dar pena a las mujeres. Si dices que la Expo Zaragoza 2008 no te ha entusiasmado es que eres un antiaragonés. Te has declarado atea, así que no puedes asistir a eventos tales como: ofrendas, rosarios, y procesiones, aunque yo celebro la Navidad y entro a una Iglesia a hacer fotos porque eso es arte que no puede ni compararse con el folclore que sientes o con la vida familiar. Si dices que no te gustan las piscinas públicas de ciudad porque hay mucha gente es que eres una tiquismiqui...
- ¿Y si yo te dijera que prefiero bañarme en una charca con ranas porque al menos sé que ellas no se suenan los mocos en el agua?
-Mmmm...
- ¿Y si te digo que lloré con El Alquimista y que jamás recuerdo qué coño quiere decir anagnórisis?
-Pues...
- ¿Y si te digo que mi tarde de martes ideal es ir al gimnasio y después a una tetería y que los domingos me gusta que mi abuela guise la caza de mi padre y comérmela mientras ruego por favor que me dejen adoptar un gato abandonado?
- ...
- ¿Y si te digo que soy una aragonesa atea y que no por eso no me visto de baturra y que me encanta contemplar un paso de Semana Santa a ritmo de tambor?
- Esto...
- ¿Y si me subo a unos zapatos de palmo de tacón rojos y con los labios pintados de carmesí te digo de la forma más grosera posible que te vayas a tomar por el culo con tu tribu urbana, que aunque no vayas vestido de Emo o de payaso no quiere decir que no seas tan patético como ellos? ¿Qué? ¿Qué me dirías entonces?”


* Dedicado: al hombre de voz y novio masculinos y a la mujer de teatro con sangre de princesa.
Y por supuesto a mi pequeña “intribu”: al rojo, a la pija, al cristiano, al ateo, al que escucha máquina y lee mitología, al que imita a David Civera y al que escucha a Sabina.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Vendida


Ashley, Charlie, Tom, Rusty, Gala, Leo, León, Tintín, Misty, Lola, Yakie, Zeus, Mateo... Recuerdo a la perfección todos y cada uno de los animales que mis amigos y conocidos a lo largo de su vida han elegido como compañeros, sin embargo, no me preguntéis como se llamaban sus hermanos porque no lo recordaré.

He estado por la mañana de voluntaria en una protectora de animales que se encarga de perros y gatos abandonados. Viven estos animales en una guardería canina pero hay que ir siempre que se puede a sacarlos de las jaulas diminutas para que puedan estirar las piernas y jugar. Jamás he tenido perro, sin embargo sí han pasado por mi vida: tortugas, gatos, hamsters, jerbos, una iguana, un tritón, cangrejos de río, salamanquesas, hormigas, murciélagos (crías heridas) y hasta un erizo. Siempre he considerado a los perros muy tontos, preciosos, pero tontos. Ya les puedes pegar, abandonar, quemar la piel o quebrar sus patas, que volverán. Los perritos de hoy nunca me habían visto, no reconocían mi voz y tampoco mi olor sin embargo se me han tirado encima ávidos de una caricia.

Casualidades de la vida, hoy por la tarde tenía sesión con mi psicóloga y junto a ella y a mi obsesión por cualquier ser viviente que no sea de la raza humana... hemos llegado a la conclusión de que la más perra de todas, soy yo. Una personalidad débil que necesita el contacto físico como el respirar, una personalidad que se tira sobre todo aquello que le ofrece cariño y que pide a saltos "sácame a pasear, sácame a pasear". Mis jerbas murieron la pasada primavera. Mis padres aún no me han dejado estar cerca de otro animal por lo mal que lo paso cuando me dejan.

Hoy no he ido a ofrecer mi ternura a los perros abandonados, he ido a buscar su calor, su cariño. He ido porque necesitaba que alguien me dijese "abrázame, vamos, ráscame la cabeza". Hoy los perros me han enseñado que son más fieles que los humanos mientras yo he buscado su cariño como las más puta de las putas. Hoy no he vendido mi cuerpo. Hoy he vendido mi tiempo a cambio de un poco de cariño. Hoy he ido a una guardería llena de perros abandonados buscando un refugio para mí.

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La niña de la foto soy yo con unos dos añitos abrazando con bastante fuerza a Yakie, un gato que era de mis tíos abuelos (luego vino "Yakie 2" y una amiga mía también tenía un Yakie, pero este era un perro). Me gusta esa foto aunque no sé quién me la hizo.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

"Gaviola"





gaviota.
(De gavia2).
1. f. Ave palmípeda, de unos 75 cm de largo desde el pico hasta el fin de la cola y 1 m de envergadura. Tiene plumaje muy tupido, blanco en general, dorso ceniciento; negras, pero de extremo blanco, las tres penas mayores de las alas, pico anaranjado y pies rojizos. Vive en las costas, vuela mucho, es muy voraz y se alimenta principalmente de los peces que coge en el mar. Hay otras especies muy parecidas, pero más pequeñas.
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Tomé esta foto la última vez que estuve en San Sebastián, agosto de este verano. En esos momentos creía que mi vida estaba bajo control y por un instante quise matar a esa gaviota porque ella, era libre. Ahora yo soy gaviota y me aburro de volar sola así que tras un retiro de este mundo blogger, he vuelto. Aterrizo de nuevo en la red y tecleo.

Me gustan las gaviotas porque me recuerdan al mar y me gusta el mar. Cuando voy con mi familia a la zona de Donostia (Zarautz, Getaria...) me pego horas muertas buscando gaviotas porque en Zaragoza sólo hay palomas y cuando las localizo exclamo: "¡Mira, gaviotas!" esperando que mi padre como cada año me diga aquello de "se dice gaviolas..." (y ya sabéis lo que sigue).

Y eso es todo por ahora, que se jodan los que pensaban que podrían acabar conmigo porque he vuelto y soy más Irene que nunca. Irene sin ti, sin ti ¡ah!, y sin ti.
Pues eso: que se toquen las pelotas.