lunes, 20 de octubre de 2008

10+6= 25 años

Imagen de: http://www.flickr.com/photos/digitus/88574803/

A Paula y a Lilu, dos en una.
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Muchas o pocas son las debilidades que poseo, pero las hay. Una de ellas es la música trance que llenó el año 1999, sí señor, qué gran época para las discotecas y pubs del mundo entero.
Tenía yo por aquel entonces el pelo largo y vestía pantalones ajustados marcando mi culo de dieciséis años. Bailaba a todas horas, me encantaba, era como drogarme, daba igual quién mirase o dejase de mirar, sólo éramos cuatro en el garito de turno: el disc-jockey, la música, mi amiga Paula y yo.
De todas las canciones que surgieron por aquel entonces, sólo hay una que aún consigue transportarme a esa juventud fresca, inocente y con ganas de pasarlo bien: King Of My Castle de Wamdue Project.

El sábado salí con Paula, testigo y partícipe directa de esos shows- privados nocturnos que nos marcábamos a ritmo de trance y de Licor 43 con zumo de piña. Libres las dos tras muchos años bailamos y bailamos sin importar de nuevo quién hubiera cerca. Me hizo feliz, muy feliz.. Se acercó al DJ y le pidió La Canción, aunque la vi, no debería haberlo hecho, así que cuando sonó el primer golpe de King Of My Castle me hice la sorprendida, abracé a Lilu (así la llamaba yo por el '99), le di un beso, las gracias y me puse a bailar. Como bien le dijo al DJ: “es su canción” y como bien me dijo a mi, “te lo mereces”.

Durante los tres minutos largos que duró me sentí como hacía años que no hacía, se me saltaron las lágrimas de ver que estábamos otra vez cuatro en el bar. Agradecí mil veces el detalle a Paula y al DJ y bailé para mi. Para Nene.

Lilu y Nene. Lilu, Nene, el DJ en la torre mirándonos satisfecho y King Of My Castle.

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http://es.youtube.com/watch?v=DXSyQjppqG0

miércoles, 15 de octubre de 2008

Irene es mía

Hay promesas que no deberíamos hacer nunca y otras, que deberíamos haber hecho.Promesas que se rompen, promesas que se quedan olvidadas o promesas que simplemente, no nos da tiempo a cumplir. “Siempre tuya”. “Nunca te fallaré”. “Nos vemos”. “No te olvidaré”.

He prometido muchas cosas en mi vida. He prometido fidelidad, he prometido respeto, he prometido y he fallado, pero nunca he fallado a la única promesa verdadera que hay en este mundo, la de la empatía. Mientras yo viva, nunca caminarás solo. No, mientras yo me sienta igual no dejaré que estés vacío. No dejaré que se te escape la vida.

“Girl, you'll be a woman soon”. Al fin soy yo, soy la mujer libre, la mujer que recibía cariño pero estaba en un jaula de cristal por la que veía el mundo pero no podía tocarlo. Liberada de mi mente, liberada de mi cuerpo. Soy más mujer que nunca y por eso mismo, ahora puedo prometer. Porque de niña no se sabe lo que se dice, porque de niña sabía qué debía decir para contentar, qué debía prometer para que confiaran. Ahora sólo prometo las cosas que sé que voy a cumplir, al menos, hasta que la muerte me arranque de tu lado.

Ahora estoy feliz, realmente feliz. Estoy plena, estoy entera. He estado en la guerra, una guerra de cuatro años en la que todo valía. Perdí la última batalla, dejé que me ganara porque el trofeo era mi vida. Él me ha perdido y yo me he recuperado. Ahora soy mía, de nadie más. Por eso, puedo prometer y prometo.

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Imagen: Rapto de Proserpina, (de Bernini).

jueves, 2 de octubre de 2008

Amaneciendo

A Ernesto
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El Coloso (1808-12). Francisco Goya


7 de diciembre de 1941. La Armada Imperial japonesa ataca a la flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos (base naval de Pearl Harbor), provocando así la participación activa de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El Almirante Isoruku Yamamoto al terminar el ataque dijo: “Hemos despertado a un gigante que estaba dormido”.

Hablando hoy con una amiga de mi estado nuevo, de lo mucho que he cambiado mi vida, de la libertad física y mental de la que gozo y de la mala sangre que he guardado dentro durante tanto tiempo, me ha dicho de pronto que le recordaba a la II G. M. y yo no lo he entendido hasta que me ha recordado las palabras de Yamamoto. Le he dicho en un momento de la conversación: “He vuelto”; ella ha reído porque me conoce desde hace demasiado tiempo y sabe que esa Irene que estaba enterrada era fuerte y poderosa, que esa Irene que se pasaba por la entrepierna los comentarios de los necios, las risas de las putas (que no prostitutas), los halagos de los que sólo quieren algo de ti... La Irene de las prisas por llegar a todos, la Irene de las mil fiestas, de los millones de planes, la Irene de las risas hasta el amanecer y los chupitos de tequila... La Irene de los besos, las ideas ingeniosas y el sentido del humor... Esa Irene estaba dormida, ha estado dormida y ahora ha despertado con ganas de reír hasta llorar, con ganas de viajar sin planear, aunque sea para dos días, da igual, el caso es hacer cosas, salir, salir, salir. Me han abierto la puerta de la jaula y he escapado volando.

Así que avisados quedáis, os guste o no, Irene ha despertado. Os vais a cagar pequeños.